jueves, 22 de mayo de 2008

Indicadores Sociales


Los indicadores sociales pueden plantearse como objetivo evaluar cuál es el impacto que tiene la política económica en el bienestar de las personas, ya que, en principio, se debe destacar la interacción que entre ellas existe.

A comienzos de los años noventa hubo numerosos estudios sobre indicadores sociales, especialmente sobre pobreza.



La Línea de Pobreza (LP) es un indicador de ingresos y el Indice de Necesidades Básicas (NBI) es una medida de necesidades. A finales de los noventa se han desarrollado dos indicadores que se aproximan a una medida de estándar de vida: el Indice SISBEN (I-SISBEN) y el Indice de Condiciones de Vida (ICV) Colombia ya lleva algunos años calculando el Indice de Desarrollo Humano (IDH) propuesto por Naciones Unidas. Sin duda, en los años noventa el país ha dado pasos significativos. Pero todavía hace falta realizar un largo trabajo para que la comunidad y la sociedad los aprehenda.


En el último Informe de Desarrollo Humano para Colombia (Misión Social y PNUD 2000), hay evidencias claras de que la crisis económica de los noventa ha tenido un impacto negativo en el bienestar de las personas. Junto con el deterioro del capital físico y social, se ha producido un empeoramiento del capital humano. Gracias a los indicadores sociales sabemos que:

i) En las familias pobres ha disminuido la cobertura educativa en secundaria. Los jóvenes han tenido que abandonar la escuela con el fin de buscar un trabajo que les permita compensar la caída de los ingresos de los hogares debido al desempleo del perceptor principal.

ii) El número de familias extensas ha crecido.

iii) El NBI ha dejado de bajar. En los dos últimos años se ha estancado.

iv) La esperanza de vida para los jóvenes entre los 15 y los 25 años ha disminuido. v) La cobertura en salud se ha frenado.

v) En los últimos tres años el ICV no mejoró como lo venía haciendo desde mediados de los ochenta.

Estos indicadores nos muestran que la política económica aplicada durante los noventa ha tenido consecuencias negativas y de largo plazo en el bienestar de las personas.



“Holismo local”


Ahora, cabe destacar que el estándar de vida, el bienestar y la pobreza son realidades muy complejas, que escapan a cualquier indicador. González (2000) ha tomado el término “holismo local” de Kuhn (1981), quien lo utiliza en el análisis de los problemas inherentes a la traducción.



Con esto, este autor se refiere a que la construcción y la interpretación del indicador deben garantizar la comprehensividad local. El indicador no puede leerse por fuera de sus interacciones. Y éstas sólo son válidas en un contexto específico. Como le sucedía a Kuhn con la lectura de Aristóteles, es muy probable que la interpretación del indicador no se realice de manera adecuada, porque no se respeta el holismo local.



El índice de precios al consumidor (IPC) es intuitivamente claro: si el IPC sube el poder adquisitivo de la moneda baja. La fuerza social que adquiere el IPC se explica porque la gente lo siente, así no lo entienda. Otro indicador que tiene mucha aceptación social es el PIB. El principio interpretativo es sencillo: los países con más alto PIB son más ricos. Es mejor que el PIB suba que baje. El IPC y el PIB son indicadores que no obstante la complejidad de su elaboración, remiten a escenarios sencillos y comprensibles. En cambio, la medida de desigualdad de Theil 7/ es un indicador difícil de interpretar, porque involucra el concepto de entropía, que únicamente es familiar para los físicos.



González, J. (2000). “Política Social e Indicadores Sociales en Colombia: Una Evaluación”, Investigación y Desarrollo, vol. 8, no. 3, diciembre, pp. 244-257.

Kuhn, T. (1981). “Conmensurabilidad, Comparabilidad y Comunicabilidad”, en Qué son las Revoluciones Científicas? y otros Ensayos, Paidós, Universidad Autónoma de Barcelona., 1989, pp. 95-136.


No hay comentarios: